La terapia sistémico relacional: orígenes y teoría
La terapia sistémica, también llamada "sistémico-relacional" o "sistémico familiar" nace al principio del los años 50 gracias a un gran conjunto de teorías desarrolladas por Gregory Bateson y por un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Mental de Palo Alto, en California. En Italia, el enfoque sistémico se originó y se difundió gracias a la presencia de Mara Selvini Palazzoli.
La terapia sistémico-relacional se centra en lo que ocurre en el ámbito de las relaciones humanas.
El objeto de estudio privilegiado no son las características individuales de las personas, sino lo que pasa entre las personas: la atención pues se focaliza, además que en el individuo, en sus interacciones, en las dinámicas entre los individuos y en el proceso de comunicación.
La noción principal es la de sistema, en el que cada cambio del estado de un elemento termina cambiando el estado de cada uno de los otros.
El sistema familia tiene un gran potencial, a saber, ser capaz de ayudar un paciente a gestionar y resolver su malestar y hacer que su vida sea más funcional. Sobre todo en los casos relativos a niños y adolescentes (ámbitos en los que la terapia familiar resulta un enfoque particularmente válido), se pueden manifestar bloques evolutivos que pueden reducirse hasta desaparecer completamente trabajando con las familias.
La terapia sistémico relacional en la práctica
En la terapia sistémico relacional el estudio de un solo elemento es marginal, mientras que se vuelve central el análisis del sistema. En una cadena de comunicación es difícil establecer lo que pasa antes y lo que pasa después. El concepto tradicional de casualidad de tipo lineal se sustituye con el principio de causalidad circular: el comportamiento del miembro A influencia el comportamiento de B y el comportamiento de todos los demás miembros, pero a su vez el comportamiento de B influencia el de A y de todos los demás miembros. En una secuencia circular es arbitrario establecer un punto de partida (es suficiente pensar en las peleas y en la imposibilidad de decidir quien ha empezado).
Según la terapia sistémico relacional, la patología del individuo expresa un malestar de todo el sistema familiar: el individuo con un trastorno es el "paciente designado", el miembro del sistema-familia que expresa, señala y se hace cargo de todas las preocupaciones. Dado que la patología es funcional a los juegos del sistema, este último se opondrá de manera disimulada a la eliminación de ese trastorno patológico. En realidad, la actividad terapéutica puede ser desempeñada también en presencia de un único paciente. Al fin y al cabo, el individuo es un sistema dotado de características estructurales y organizativas que todavía se pueden leer con un paradigma sistémico.
Dado la posibilidad de trabajar empleando diferentes formas de psicoterapia (individual, de pareja y familiar), el terapeuta valora cada vez la decisión más idónea para cada paciente. La psicoterapia sistémico relacional, a través del empleo de tareas que hay que realizar tanto en los encuentros terapéuticos como en la casa, se articula en torno a la problemática de los papeles, de la jerarquía, de las alianzas y de la calidad de la comunicación dentro del sistema.
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